Levanta la tapa,
y escucha,
recuerda aquel regalo,
que nos trajo el mar.
Escucha,
como un niño,
entregado a soñar,
la música de quien a navegado por el universo,
consuelo verde y azul,
del cielo.
De los que se encontraron en los recuerdos,
en los caminos,
de una pequeña caja de música,
amigos y amantes,
de todos los tiempos.
Melodía que vence al silencio,
de los que habían olvidado,
su sonido interno,
canción de planetas y estrellas,
princesa que en los brazos de su príncipe espera.
Como detenida en los pasos,
pero entregada al ritmo,
de las largas noches.
Aun abrazada
donde la magia duerme,
a la luz de una vela,
la lluvia,
el sol,
la vida,
la muerte,
la sonrisa y la caricia.
Relampagueando en la mente,
como esperando la oportunidad,
donde la misma tierra quiere gritar,
que solo queda esa música,
que la puede salvar
impactando en las venas,
siendo fuego y sangre,
que brotan desde las entrañas,
entrañas de montañas en el mar.
Música,
de aquella isla amada,
aroma y mística,
que se expande por el mundo,
de aquellos que la encontraron,
en la arena un día,
aunque en sus corazones ella ya latía,
y en un beso les regalo,
los reinos de donde ellos pertenecían.
Oye....
recuerda....
levanta la tapa....
príncipe...
vuelve a bailar junto a el hada....
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