La noche tendió su manto,
surgió la niebla,
y el corazón de la luna,
que al mar siempre había pertenecido,
brillo...
Así se estremeció la piel,
ante sus caricias,
y en las miradas se reflejaron,
se volvieron uno en el tiempo,
y el roció se mezclo entre sus manos...
Entre las olas de las letras se encontraron.....
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