1 de abril de 2016

Horas de madrugada...


Entre pisadas urgentes , el tiempo se detiene, las horas se escapan del un mundo que corre mas aprisa, que los relojes. Agujas, resortes y clavijas, saltan, desde los rincones de la piel, para zambullirse en la mirada, de quien se pierde en la bruma, de las  madrugada...

Allí donde los pasos se detiene, postales deambulando en el recuerdo, poesía que despierta, en las palabras que se van rompiendo en el silencio, intentando torpemente dibujar en las lineas del papel, lo que el corazón  va diciendo....

Llovizna que van marcando una nueva primavera, arboles floreciendo, la maravilla de la vida creciendo, en medio de un planeta que grita sus tormentos. Y aquí tan lejos y tan cerca de todo, donde la respiración fluye y todo lo imposible, parece posible....

Como si de pronto el cielo conspirara, con la imaginación, dejando salir a la magia. El ensueño te envuelve, y te quedas, sin poder moverte, tal vez sin querer moverte, sintiendo que todo esta ahí tan cerca de la mano. Los ojos no pueden contener a la lágrima, ante tanta grandeza, el pecho se estruja, la piel se eriza, y el escalofrío la atraviesa, y como no, si a veces parece inimaginable tanta belleza y una no deja de sentirse tan pequeña....

Si... Ahí es donde los suspiros, se sinceran, y como si fueran catorce versos, formando un soneto, que entre ellos se tropiezan, de tan cosa que quisieron ser y decir, y hoy son solo letras. Se alza la mirada, la mente se aquieta, te envuelve nuevamente la esperanza, mientras la brisa del mar acaricia a la tierra, y las olas arrullan a las hojas que en la orilla esperan, antes que llegue el amanecer detrás de la tinta, de quien se pierde  entre arboles y neblina, esperando a que el sol en el horizonte aparezca...

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