19 de mayo de 2016

o son do ar...



Ciertamente no le era difícil distraerse, allí andaba escribiendo aquí y allá, de una cosa y de otra. Borrando un montón, claro divagaba. Esto de estar cerca de casa, pero que diferente era ahora, volver a casa, pero saber que el hogar estaba lejos de allí. 

Ahí se quedaba con un gusto raro en la boca, es que la alegría. se le mezclaba con la idea de perseguir al viento. Es verdad su sonido la seducía, embriaga a los sentidos. Como si llevara a la magia y el misterio de aquel lugar tatuado en el alma.

Y al mismo tiempo, aquellos brazos, aquella sonrisa, aquella voz, que durante años había soñado, y que ahora se pasaba las noches en el insomnio, hablándole. Tantas cosas para contarle. 

Por momentos parecía que el cielo la escuchara, y se acercara a el en forma de llovizna. Cuanto quería decirle que lo lleva siempre en su corazón, y cuanto mas quería permanecer ahí en silencio. Por que las palabras a veces parecen pocas, y no alcanzan a decir. Pero ella sabia que su corazón entendería.

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