23 de mayo de 2016

Tulipanes y girasoles ...



Llevaba días pensando, por que cada vez que veía un tulipán él venia a su mente, y el corazón se le llenaba de sonrisas. Ciertamente entre ellos habían jardines llenos de girasoles. Pero él últimamente se le aparecía en jardines de tulipanes. La primera vez que lo notó, fue en medio de la oscuridad, y se aferro a esa imagen, con si a través de ella pudiera tomar su mano. Se sintió segura , sintiéndolo tan cerca. A partir de allí, es como si el cielo, confabulara con su magia y en las vueltas del destino se encontraba rodeada de ellos. Pensó en que siempre llamaron su antemano, aunque no reparo en ellos, para decir la verdad.
Ahora los veía por todos lados, inclusive pasaba largas horas observándolos, con la mente en blanco, con las emociones a flor de piel. Pensaba en lo ridículo que era pensar en regalarle flores a un hombre, por supuesto!! no le regalaría un ramo, pero tal vez si una linda maceta con varios de ellos. Al recordar su imagen reía, pues él grande como un león. Pero ya sabemos, que en su cabeza todo lo racional no tiene espacio, y rápidamente se le olvidaba lo ridícula que ella se vería dándole una maceta con flores, y pensaba en que eso a él, le podría causar un poco de gracia. Sin ninguna duda era una imagen muy graciosa, pero ella de todas maneras lo imaginaba y quería regalarle cuanto tulipán y girasol veía.


Si bien los tulipanes son unas de las flores más amadas y más fáciles de reconocer. Para cualquiera que sepa un poco sobre flores. No son los mas elegidos a la hora de hacer un obsequio, para eso suelen ganar la preferencia de mucho, las rosas, claveles, margaritas, jazmines, orquídeas, lotos. Todas hermosas sin duda alguna. Claro los tulipanes como los girasoles no son demasiado elegantes, mas bien diria que son algo salvajes, tampoco son demasiado románticos, ni demasiado grande, demasiado pequeño o demasiado brillante. Aunque para ella siempre son perfectos. 

Le sonaban algo así como esa ropa favoritas, que no importa cuanto la uses, o que día sea, si esta de moda o no, nunca quieres dejarla de llevar puesta.Y la mezcla le sabia como las galletas y el pan recién horneados , algo así como irresistible. 

Y él era así para ella. Era una perfecta e irresistible elección a la hora de pasear por los recuerdos, por las letras, en un día nublado, o en la noche, pensar en él era sentirse en un jardín lleno de flores. Envuelta de fragancias y de colores. Pero sobre todo entre girasoles y tulipanes , una genuina comodidad acogedora, en todas las formas posible de soñar. Era como despertar en la tibeza de sus brazos, con el gusto a miel entre los labios.

Algo así como sentir la luz del sol jugar con los sentidos, llenarse de fe los pulmones, y de primavera la mirada. Como si el mundo se detuviera y la paz le inundara el alma, como si el viento solo fuera brisa que podía acariciar la ropa en el atardecer, haciéndole cosquillas. Era buscar y encontrar cada respuesta.
Como si todas las vidas y cada uno de sus momentos, se conviertan un solo y pequeños instante y fuera justo ese. Sí, era como que nada mas existía, y tampoco era necesario que existiera.

Pasear entre girasoles y tulipanes para ella era como ver las palabras de los dos fundirse en la naturaleza. Era saber que llegaría la hora de ir a dormir, pero que tal vez nunca estuvo despierta.Era sentirse en el sueño de sus manos, y entre las hojas escribir su voz. Era querer decirle, escondido en una imagen,lo profundo de su amor. Era y es.. desear que la voz diga que es su vida. Y que el silencio lo escriba ....

Entre tulipanes y girasoles.



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