3 de mayo de 2016

Tren...




Había aprendido a ver la vida, o probablemente los momentos que la componen, como un sin fin de estaciones, entre notas y canciones. Que no eran ni mas ni menos, las estaciones del camino de vuelta a casa. Estaciones que invitan a parar, a soñar y a continuar. Estaciones de rieles oxidados, de durmientes cansados, de lunas despertando. Estaciones de recuerdos, de memorias y misterios. De cafe y de tintas...

Tanta gente corriendo, detras de las ilusiones que se iban. Aquellas de veredas y placitas, ¿A cuantos vagones ya no alcanzamos, por estar atrapados entre vestidos y camisas?. Casa de los don nadie, de aquellos a los que sin avisar les caemos de visita.De los que entre diarios y cartones , esperan ... Aunque mas no sea una sonrisa....

Asi te sientas el banco olvidado de los que ya no tienen prisas. Buscando alguna mirada, detrás de lentes ahumados de los que ya no se miran. Andamos por las vías, con la mirada perdida. Miles de pasos de zapatos lustrados transportando, cuerpos casi sin vida. Un sol que tal vez no salga,  un acordeon tarareando viejas melodías...

Los niños que juegando bajo los pies de grandes, desaparecen , como si jugaran a las escondidas. Niños sin cuentos, y sin tizas, para dibujar cielos, en las rayuelas bajo la llovizna. Niños, palabra que ya suena rara. Entre tanto adulto, entre tanto aturdimiento y gris. entre  tan pocas caras y  tantas mascaras....

Estas ahí sentada en el banco sin mas procesiones. que una maleta llena de sonrisas, con el amor que la lleva a la isla de la magia y las caricias. Sin mas abrigo, que los brazos del cuenta cuentos, que en su corazón la cuida....

Si....

Sentada en las estaciones, entre trenes y vagones, contemplando los días. O quizás caminando junto a las vías , reescribiendo la vida...

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